Es un material utilizado por la pedagogía Waldorf para fomentar la creatividad brindando infinitas combinaciones constructivas y de juego simbólico. A los niños les encanta porque les permite hacer lo que más les gusta en este mundo: aprender, explorar e inventarse sus propios juegos:
Con niños pequeños, sus piezas les ayudan a diferenciar formas y colores.
Jugando comprenden conceptos complejos como el equilibrio, la simetría y la resistencia.
Invita al juego simbólico, a construir escenarios y situaciones de la vida real como casas, edificios, carreteras, túneles, corrales, vallas, etc.
Se pueden realizar todo tipo de esculturas con los diferentes arcos, fomentando así su imaginación y habilidad.
En niños más grandes, se pueden hacer estructuras apilando los arcos de distintas formas, obligando a planificar y aplicar la lógica.
En muchas de sus construcciones, los peques deben colocar estratégicamente los semicírculos de forma que estos vayan sirviendo de contrapeso a la construcción, por lo que aprenden a trabajar el equilibrio y a manejar los contrapesos.
Se puede jugar solo o en grupo
Fabricación y Materiales:
Hecho a mano con madera de poplar. El producto es lijado completamente para evitar asperezas, bordes filosos. Este juguete es completamente natural. Cada elemento del arco iris es cubierto con pinturas de agua no tóxicas.